Es con sus hobbies cuando el modelo retrocede a ese 2001 en el que era aún un desconocido. Por un lado los relojes –“colecciono relojes franceses y muebles antiguos de madera que transformo en algo más contemporáneo”–, y por otro los coches, donde ha colaborado con Jaguar e incluso ha sido invitado como piloto para la Mille Miglia, en 2013. En esta carrera, que recorre 200 pueblos entre Brescia y Roma en deportivos antiguos, tras ser golpeado por otro participante en el guardabarros quedó el puesto 158 de los más de 400 inscritos. Quizá la única meta a la que, hasta ahora, no ha llegado destacado.