En 1990, Breguet hacia realidad sobre un reloj de pulsera lo que muchos años antes, el fundador y genio de la relojería Abraham-Louis Breguet había concretado como relojero de la Marina Francesa, donde como en otras ocasiones dejó para la relojería distintos avances en la precisión de la medición de la longitud, vital en su época para la navegación marina. Sin perder un ápice de la elegancia habitual en las colecciones de la casa, la línea Marine acomete un nuevo ejercicio de estilo que ya se anticipaba un año antes con el lanzamiento del Équation Marchante.
El punto de partida de la colección Marine expone con sencillez los nuevos criterios ‘escénicos’ de la línea surgida en 1990. Estamos ante una colección más sutil, con biseles más finos, una nueva transición entre caja y pulsera, y con los protectores de la corona de menor dimensión.
El resultado es que tenemos un reloj donde la esfera gana protagonismo por su limpieza y sencillez, presidida por los números romanos que se muestran potentes, con un efecto tridimensional tan llamativo como efectivo. Además, reciben tratamiento luminiscente para cumplir perfectamente con la exigencia de la lectura horaria en situaciones de escasa visibilidad. Un elemento importante es la entrada del titanio como opción para la caja, lo que implica abandonar el dibujo central en forma de ola del resto de acabados para recuperar la superficie totalmente lisa en la esfera.