Convertido en una superestrella con apenas 37 años, Leonard Berstein también dirigió orquestas en por todo el mundo, incluyendo La Fenice de Venecia e incluso a Maria Callas en La Scala de Milan, interpretando a Medea. Todo ello sin dejar de componer sinfonías, operetas y partituras para el cine.
Sin abandonar su pasión por la docencia, que expresaría en sus clases magistrales en Tanglewood y en la televisión, con el programa Young People’s Concerts –Conciertos para jóvenes–, que duró desde 1958 a 1972 en la CBS norteamericana.
Siempre con formulas didácticas alejadas del elitismo y la condescendencia, acercó e hizo entender y amar la música clásica a la generación del baby-boom, expandiendo la nociones de arte y belleza más allá de los círculos concéntricos del privilegio social.