366 imágenes, 8 años de trabajo, 120 modelos, un equipo de 300 personas y la visión personalísima del fotógrafo Eugenio Recuenco. 365º es, probablemente, una de las exposiciones fotográficas más espectaculares de la historia; la más ambiciosa, sin duda.
Arte, moda, cine, ecología, tecnología, ciencia, religión. De todo eso, de la historia del siglo XX, de lugares comunes o de lo absurdo de nuestras propias acciones hablan las 366 fotografías que, en un formato espectacular (1,12 x 1,40m) permanecen desplegadas en una instalación sin precedentes en el Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada (Madrid) hasta el próximo 20 de enero para después marcharse a Berlín y arrancar allí su gira internacional.
“365º es una visión del mundo de los últimos 40 años”, comentaba a Gentleman el propio Recuenco cuando la exposición comenzaba por fin a tomar cuerpo, en unas declaraciones en las que explicaba así su trabajo: “Me interesa retratar el aire, el espacio, que notes intensidad aunque esté vacío, y que el personaje no esté posando, sino que lo has captado en un momento de una historia propia. E intento que lo que hay alrededor te dé pistas para que tú te inventes la historia. Creo que eso es lo bonito, invitar a la que la imaginación del espectador vuele. Y luego hay detalles que hacen que una fotografía tenga segundas y terceras vidas, que no siempre veas lo mismo”.
Esa filosofía subyace en todas y cada una de las imágenes en las que, sin embargo, las referencias a la actualidad son más evidentes, aunque sin abandonar nunca ese halo entre misterioso e inquitante que impregna toda su obra.
De hecho, en cada una de las imágenes comparten protagonismo, quizás al mismo nivel, la historia que se cuenta y el lugar donde ocurre: una caja de casi cuatro metros de altura por más de dos y medio de ancho y de profundidad con una minúscula ventana por donde llegan los estímulos del exterior y en la que, a veces tras varias jornadas de trabajo, se han montado todas y cada una de las fotografías de la exposición.
365º nació en 2010. El tiempo transcurrido desde entonces ha convertido el proyecto en una obra viva que ha ido evolucionando y cambiando a la vez que lo hacían el mundo y sus participantes hasta ser capaz de reflejar el auge de las redes sociales, el calentamiento climático o el ascenso de Trump al poder, pero también el arte de Eduard Hopper, la muerte de Lady Di, el 11-S, la llegada del hombre a la Luna, la Segunda Guerra Mundial, la inmigración y hasta la sombra de Lucky Luke.