A menudo, el maridaje perfecto viene definido por el lugar y, sobre todo, la compañía. Pese a las innegables virtudes del buen vino para disfrutarlo en soledad, hay ciertos momentos en los que el plan sí que importa.
De ahí que cada situación merezca una celebración especial, como por ejemplo un buen espumoso a la luz de la luna en una terraza llena de glamour, de picnic antes de comer, en la mejor compañía aprovechando el buen tiempo, o incluso en una barbacoa, con la brasa y la carne robándole –o al menos intentándolo– el protagonismo a un gran tinto. Proponemos seis vinos únicos para seis momentos de verano que quedarán para el recuerdo. Ilustración: Del Hambre - Fotografía: Massimiliano Polles