Resulta inquietante que la empresa Riedel haya sabido diseñar científicamente las copas para que en ellas el vino pueda expresarse en toda su plenitud y revele sus cualidades más secretas. No obstante, esta es su principal seña de identidad. Heredero de una tradición secular en la fabricación del vidrio artesanal, Georg Riedel ha sabido renovar el significado de las copas de vino: recipientes para enaltecer la expresión íntima de cada variedad.
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Ésta es la distinción de Riedel (que produce alrededor de ocho millones de copas anuales con una cifra de negocios de 90 millones de euros). No es de extrañar pues que sus piezas más famosas estén expuestas en el Corning Museum de Nueva York, y que el Presidente de la República austriaca concediera en 1965 a Claus Josef Riedel, padre del actual propietario, Georg, el título de Maestro. Al fin y al cabo, eso es lo que mejor define a esta compañía: maestría. / Imágenes: GRAZIANO VILLA