"Las tabernas, con sus hondos recovecos, sus pasillos, estancias, sus barriles de vino y sus óleos oscuros parecen guardar el recuerdo de sus bohemios clientes". Cuando Luis Agromayor, fotógrafo y escritor, pero sobre todo viajero especializado en atropología y entusiasta de Madrid, le dedicó el brillante homenaje en 1991 a la ciudad en su libro 'Tabernas de Madrid', un histórico itinerario por las tabernas más emblemáticas de la capital, usó una definición de 'taberna' que si bien no tiene carácter oficial en la Real Academia Española refleja con gran fidelidad el significado de la palabra.
En aquel momento, tuvo la bendita osadía de intentar algo tan complejo como hacer una recopilación de los bares con más historia de Madrid. Tripadvisor y otras aplicaciones que se han convertido en jueces de lo bueno y lo malo a golpe de clic no existían, por lo que la hazaña fue, si cabe, aún mayor. Ahora, en momentos en que es fácil gracias a las nuevas tecnologías (otro asunto es acertar) guiarse para ir a un sitio u otro dependiendo de cuál sea nuestra apetencia, el 'boom' de los bares y las tabernas en España es incluso mayor que hace décadas.
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La hora del vermú está más viva que nunca, pero quizá se haya perdido el efecto sorpresa dada la capacidad de las redes sociales de resumir aquello que nos encontraremos. Ese placer de caminar por las calles de nuestra ciudad (sea cual sea) y entrar en un bar que, por ejemplo, hace de unos boquerones en vinagre con aceitunas y, por qué no, patatas fritas, una combinación tan sencilla como deliciosa.
Por eso, en Gentleman tenemos también la osadía –dada la enorme cantidad de establecimientos– de proponer una serie de lugares que reafirman la cultura del 'tapeo' y los pinchos como una seña de identidad española. Tomen nota –especialmente a eso de la una de la tarde, antes de comer–, de este recorrido por bares y tabernas que satisfacen a la perfección uno de los momentos favoritos de los españoles: el aperitivo.