Cada estado de India tiene sus peculiaridades culinarias. Pero en la mayoría de ellos, lo habitual era un tipo de comida que pudiese durar varios días. La perenne escasez de recursos hídricos ha inducido a los cocineros del lugar a inventarse recetas en las que la mantequilla, el ‘ghee’ (mantequilla clarificada) y la leche sustituyen al agua.
Uno de los platos más populares de la cultura gastronomía hindú es la combinación de ‘dhal’ (una sopa de lentejas muy picante), ‘bati’ (bolas de harina integral cocidas en el horno) y ‘churma’ (polvo de cereales endulzado). También se pueden degustar varios tipos de ‘chutney’ (compotas de fruta especiadas) condimentados con cúrcuma, cilantro, menta y ajo.
Entre otras especialidades destacan el ‘maans’, un estofado de carne roja con especias, y la ‘safed mass’, un plato de carne guisada con almendras, cacahuetes y coco. Es indispensable probar los varios tipos de ‘roti’ (pan), entre los que predomina el ‘chapati’, una torta que se usa a modo de cuchara para llevarse a la boca estofados y comidas con salsa.
Un postre muy típico es el ‘lapsi’, preparado con ‘dalia’ (trigo desmenuzado sofrito en ghee y azucarado después). Entre las bebidas se cuentan innumerables tipos de ‘lassi’ (yogur batido con fruta y especias y sazonado con sal o azúcar) y el ‘chai’, el té indio preparado con más leche que agua y aromatizado con cardamomo o con jengibre.
Toda esta rica tradición culinaria también ha llegado a España desde hace un tiempo, convirtiéndose en una tendencia gastronómica gracias al talento de los chefs que abanderan los mejores restaurantes indios. Recorremos la geografía española para conocer las delicias de esta cocina que tanto está triunfando y que aún tiene mucho camino por recorrer.