Terence Conran, diseñador, empresario, escritor y restaurador, es una figura única en el mundo del diseño, que ha sido capaz de transformar la manera en que pensamos y nos relacionamos actualmente con el diseño. Fundó Habitat, en 1964, en Chelsea, y la cadena de tiendas The Conran Shop, en 1983. Es autor de más de 50 libros sobre decoración y restauración, y fundador del Museo del Diseño. Actualmente continúa expandiendo su grupo de restaurantes.
Pocas figuras han dejado una huella tan profunda en esferas tan diversas aplicando un sentido único y sencillo de la creatividad. A través de sus tiendas y libros su mensaje ha sido siempre que el buen diseño puede ser accesible a todos. Su propia casa, en Barton Court, en Berkshire, al sudeste de Inglaterra, es un magnífico ejemplo de su sentido de la elegancia, siempre con un espíritu luminoso y relajado.
Conran compró en 1971 este edificio del siglo XVIII, que había sido una escuela, en un estado de total abandono, con techos derrumbados y ventanas destrozadas. “En cuanto lo vi me enamoré de él. Me encanta su estilo georgiano, la simetría y la contención de la época, y desde luego las enormes proporciones”, dice Conran. “Estudié cómo renovarlo, hacerlo simple y moderno, crear un espacio del siglo XX con muebles contemporáneos mezclados con hallazgos antiguos y mis muchas colecciones”.
Los detalles clásicos de la época dentro de la casa casi habían desaparecido, lo que ofrecía una libertad total para tratar los interiores como un lienzo en blanco, aunque él procuró preservar lo que quedaba, incluyendo escaleras y molduras. En la parte delantera de la casa creó una inmensa sala de estar, de 24 metros de largo, eliminando dos paredes y convirtiendo esta inmensa estancia en el punto focal de la casa. “Siempre he pensado que una mezcla de obras viejas y nuevas, bien seleccionadas, es lo que da confort a un hogar”, dice Conran. “La vida fácil es lo que he intentado lograr en Barton Court. Es este tipo de informalidad sin pretensiones lo que hace que una casa resulte cómoda y moderna”.
Los tonos claros y discretos de las paredes permiten destacar los muebles y sus muchas colecciones de vidrio, cerámica y otras piezas: el color se utiliza siempre con sutileza y moderación. El pasillo trasero pintado en tonos cielo es particularmente llamativo, y forma el escenario para una colección de coches de carreras de pedales Buggatti de brillante azul Oxford, colgados en las paredes como las mariposas que coleccionaba cuando era niño.
Otra de las características de la casa es la utilización de pasillos y distribuidores no como espacios secundarios, sino como áreas de asiento o como galerías para exhibir sus tesoros. El arte de exponer es uno de los talentos de Conran, utilizado con gran efecto no solo en Barton Court, sino en cada una de sus tiendas y restaurantes. “Mostrar las cosas que he encontrado y amado me proporciona el mayor placer. Es una extensión de mi personalidad”.