La pasión por las ‘cosas’ de tiempos pasados es una constante en la sociedad actual. Si usted es de esos que mataría por una mesita retro, aquí va una exquisita ruta con las mejores direcciones
La pregunta sería: ¿por qué gusta tanto lo vintage? Existen muchas teorías al respecto y, de hecho, las cabezas pensantes del marketing y la publicidad se devanan los sesos para responder a esa cuestión. Uno de los argumentos más extendidos es que, en un momento de crisis como el actual, los consumidores prefieren embutirse en la seguridad de épocas mejores, de tiempos ‘bonitos’.
¿Nostalgia? Sí. Pero también diferenciarse del resto, de lo comercialmente extendido que, entre otras cosas, tiende a la uniformidad: léase grandes cadenas de ropa y de mobiliario que venden productos que parecen todos iguales. Hay que ser original, ¡oiga! Así que nada mejor que refugiarse en ese mobiliario retro, del pasado, o vestirse con ropa revival, incluso con la falda de segunda mano de mamá (o de la abuela).
Tampoco este fenómeno es algo nuevo. Ya en el pasado los coleccionistas se pirraban por las antigüedades, por objetos exóticos y avejentados. Pero con el boom de la serie Mad Men, la pasión por lo vintage, por las piezas midcentury se ha salido de madre. A fin de cuentas ese toque retro en casa hace que su hogar no sea como el del vecino… sino mucho más bonito.